lunes, 23 de noviembre de 2015

La piratería en América (ss. XVI-XVIII)

Después del descubrimiento de América el 12 de octubre de 1492, las coronas castellana y portuguesa firmaron el Tratado de Tordesillas (7 de junio de 1494) por el que se dividían el mundo a partir de una línea trazada a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Los territorios al este serían portugueses y los del oeste castellanos. Este tratado convertía en ilegal toda navegación y comercio extranjero en estos mares (teoría del mare clausum). A la vez, ingleses, franceses, daneses y holandeses deseaban enriquecerse con el Nuevo Mundo, pero no podían hacerlo legalmente, por ello comenzó en estos lugares el fenómeno de la piratería, así como apareció también la figura del corsario (pirata con patente de corso, es decir, autorización real para asaltar embarcaciones y puertos castellanos).
Los primeros ataques piráticos tuvieron lugar en la primera mitad del siglo XVI. Fueron los cometidos por Francia: San Germán (1528), La Habana (1537), Santiago de Cuba (1543), Santa Marta (1544) o Baracoa (1546). En estos ataques destacan los primeros piratas franceses en aguas caribeñas: Roverbal, Cote, Bontemps, Hallebarde o François Le Clerc (Pata de Palo).
Pero la piratería solo comenzó a manifestarse realmente en la segunda mitad del siglo XVI, cuando las naciones europeas enemigas de la Monarquía Hispánica se vieron atraídas por las minas de plata. Este fue el caso de Inglaterra, quien relevó a Francia en el mundo de piratas y corsarios.

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