La novela que vamos a
tratar fue escrita por el escocés Walter Scott en el año 1822. Este escritor es
también autor de otra gran novela como es Ivanhoe
.Se desarrolla en el espacio de la isla de Mainland, en Escocia, y cronológicamente,
en el año 1724.
La trama comienza con
la huida de un viejo pirata de su pasado y el enfrentamiento de su hijo con
otro pirata tras salvarse mutuamente la vida.
La novela nos hace un
análisis socio-político del lugar en el que suceden los acontecimientos, a
parte de una novela de aventuras podríamos considerarla como una novela
costumbrista, que nos transporta a la
sociedad de la época y a los sucesos entramados de las vidas de los piratas.
Otra característica a
destacar de la novela, es el amplio desarrollo de sus personajes. Cada uno de
ellos muestra un carácter fuerte, no hay ni una sola personalidad sin
desarrollar. Lo que hace que el lector se sumerja en la lectura, prácticamente
apelando a nuestras emociones, ya que “conocer” a los personajes nos lleva a
vivir las aventuras que les suceden con ellos, acompañándoles en su viaje,
cogiéndoles cariño en ciertos casos y en otros deseando que les sucedan malas
acciones.
Además, todos estos
personajes tienen su propia historia, lo que nos lleva a un entramado de tramas
secundarias paralelas que se influyen y cambian de unas a otras, lo que supone
que el receptor de la obra debe esperar hasta el final para aclarar todas sus
dudas y entender el contexto global de la otra.
Esto se une al ritmo
que el autor impregna la obra. Empieza con parsimonia, para poco a poco ir
incrementando el ritmo, paralelo a la tensión e intriga creciente, que al ir
esclareciendo las incógnitas atrapa al lector. A diferencia de otras novelas
sobre piratas, en esta Walter Scott se centra en las aventuras y vivencias de
estos saqueadores del mar.
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