miércoles, 28 de octubre de 2015

Romanticismo y piratería

La piratería ha sido un tema tratado desde la literatura del siglo XVII a raíz de la existencia de piratas desde el siglo anterior, sobre todo en Hispanoamérica.
En el siglo XIX durante el Romanticismo el tema de la piratería en los textos literarios toma mucha importancia y cambia el tratamiento de los escritores hacia él. Los piratas retratados aparecen muy idealizados porque dejan de ser bandidos y ascienden a héroes nacionales, representantes de los máximos valores individuales del Romanticismo.
En este momento se ensalza la figura del pirata como un símbolo idealizado de la libertad. En la literatura hispanoamericana el pirata se convierte en una figura positiva que encarna la libertad frente a la dependencia respecto de España y de su sistema dominador. Por tanto, tiene una finalidad educadora y refleja en cierto modo el tema de civilización y barbarie tan presente en la literatura hispanoamericana. Algunos ejemplos son: Amalia (1851-1855) de José Mármol, La novia del hereje (1854-1855) e  Inquisición de Lima (1870) de Vicente Fidel López.
En Europa la literatura sobre piratas también se consolida en el Romanticismo, en un momento de exaltación de la libertad individual frente al predominio de la razón, de la ciencia y del determinismo. Asimismo el pirata era la imagen de todas las aspiraciones que del individuo romántico. Son obras en las que el protagonista se deja llevar por su yo interior, no rigiéndose por las normas establecidas y luchando por su libertad individual en contra de lo que le oprime. Todo ello cargado de pasión y emociones.
Se ambientan en tiempos lejanos y exóticos, especialmente en lugares como América. Los escritores otorgan cierta dosis de verosimilitud como si los hechos que se cuentan fueran reales. Destacan las siguientes obras: El corsario (1814) de Lord Byron, La canción del pirata (1839) de José de Espronceda, La isla del tesoro (1881-1882) de Robert Louis Stevenson o The pirate (1880) de Walter Scott.
En conclusión, la piratería en el Romanticismo es un tema de gran interés puesto que revela una visión general del contexto histórico en el que surge, encarnada en un personaje marginal de la sociedad. Además, posee un gran valor literario en cuanto a que la imaginación es parte fundamental de estas obras. Es un perfecto ejemplo de docere, movere y deleitare.
A continuación se muestran dos conocidos ejemplos de poemas románticos sobre piratas:


Con diez cañones por banda, 
viento en popa, a toda vela, 
no corta el mar, sino vuela 
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman, 
por su bravura, el Temido, 
en todo mar conocido 
del uno al otro confín.
[…]
Que es mi barco mi tesoro, 
que es mi dios la libertad, 
mi ley, la fuerza y el viento, 
mi única patria, la mar
. 
Canción del pirata (1839) José de Espronceda.


- I -

                              
   «Del negro abismo de la mar profunda
sobre las pardas ondas turbulentas,
son nuestros pensamientos como él, grandes;
es nuestro corazón libre, cual ellas.
Do blanda brisa halagadora expire,
do gruesas olas espumando inquietas
su furor quiebren en inmóvil roca,
hed nuestro hogar y nuestro imperio. En esa
no medida extensión, de playa a playa,
todo se humilla a nuestra roja enseña.[…]

El corsario (1814) Lord Byron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario